Fundar 104 Resultados para: furor

  • No quiero asistir a sus consejos, no quiero participar en su asamblea, porque en su furor mataron hombres y a su antojo desjarretaron toros. (Génesis 49, 6)

  • Maldito su furor, tan violento, y su cólera, tan cruel. Los repartiré en Jacob, los dispersaré en Israel. (Génesis 49, 7)

  • En tu sublime majestad abates a tus adversarios; desatas tu furor, que cual paja los devora. (Exodo 15, 7)

  • yo me obstinaré con furor contra vosotros y multiplicaré por siete una vez más mis castigos por vuestros pecados. (Levítico 26, 28)

  • "Fineés, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, ha apartado mi cólera de los israelitas, pues ha estado movido por mi mismo celo en medio de ellos. Por eso no he aniquilado yo en mi furor a los israelitas. (Números 25, 11)

  • pues yo tenía miedo de la ira y el furor con que estaba irritado el Señor contra vosotros hasta el extremo de querer destruiros. Esta vez todavía me escuchó el Señor. (Deuteronomio 9, 19)

  • De lo que se ha destinado al exterminio no guardarás nada para ti, para que se aplaque el furor de la ira del Señor, tenga compasión de ti y te haga crecer en número tal como se lo prometió a tus padres, (Deuteronomio 13, 18)

  • Azufre, sal, tierra quemada, eso es toda su tierra. No se podrá sembrar, nada en ella germinará, ni siquiera una hierba crecerá en ella; la catástrofe será semejante a la de Sodoma, Gomorra, Adamá y Seboyín, que el Señor destruyó llevado de su ira y su furor. (Deuteronomio 29, 22)

  • Y todas las naciones se preguntarán: ¿Por qué el Señor ha tratado así a esta tierra? ¿Por qué se encendió tanto su furor? (Deuteronomio 29, 23)

  • El Señor los ha arrancado de su tierra con ira, furor y gran indignación, y los ha arrojado a otras tierras hasta hoy. (Deuteronomio 29, 27)

  • Había allí un profeta del Señor, llamado Obed, que salió al encuentro del ejército que regresaba a Samaría, y les dijo: "El Señor, Dios de nuestros padres, en su ira contra los de Judá los ha entregado en vuestras manos; pero vosotros los habéis matado con furor tal, que ha subido hasta el cielo. (II Crónicas 28, 9)

  • No seáis de cabeza dura como vuestros padres. Tended vuestras manos al Señor y venid al santuario que él ha santificado para siempre. Servid al Señor, Dios vuestro, y el furor de su ira se apartará de vosotros. (II Crónicas 30, 8)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina