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  • Jacob levantó los ojos y al ver que venía Esaú con cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lía y Raquel y las dos siervas. (Génesis 33, 1)

  • Cuando yo venía de Paddán se me murió en el camino Raquel, tu madre, en el país de los cananeos, a poco trecho para llegar a Efratá, y allí la sepulté, en el camino de Efratá, o sea Belén.» (Génesis 48, 7)

  • pasaba por Asmón, iba hacia el torrente de Egipto y venía a salir al mar. Esa será vuestra frontera por el sur. (Josué 15, 4)

  • El límite subía desde el valle de Akor hasta Debir y volvía al norte hacia el círculo de piedras que hay enfrente de la subida de Adummim, que está al sur del Torrente. El límite pasaba hacia las aguas de En Semes y venía a salir a En Roguel. (Josué 15, 7)

  • bajaba después al oeste hacia la frontera de los yafletitas, hasta Guézer, y venía a salir al mar. (Josué 16, 3)

  • De Tappuaj iba el límite hacia occidente por el torrente de Caná y venía a parar en el mar. Esta fue la heredad de la tribu de los hijos de Efraím según sus clanes, (Josué 16, 8)

  • Su límite, por el lado norte, partía del Jordán, subía por el flanco norte de Jericó, hasta alcanzar la montaña hacia el oeste, y venía a salir al desierto de Bet Avén. (Josué 18, 12)

  • Cuando sembraba Israel, venía Madián, con Amalec y los hijos de Oriente: subían contra Israel, (Jueces 6, 3)

  • Cuando vi que nadie venía a ayudarme, arriesgué la vida, marché contra los ammonitas y Yahveh los entregó en mis manos. ¿Por qué, pues, habéis subido hoy contra mí para hacerme la guerra?» (Jueces 12, 3)

  • La mujer fue a decírselo a su marido: «Un hombre de Dios ha venido donde mí; su aspecto era como el del Angel de Dios, muy terrible. No le he preguntado de dónde venía ni él me ha manifestado su nombre. (Jueces 13, 6)

  • Su padre y su madre no sabían que esto venía de Yahveh, que buscaba un pretexto contra los filisteos, pues por aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel. (Jueces 14, 4)

  • Sansón bajó a Timná y al llegar a las viñas de Timná, vio un leoncillo que venía rugiendo a su encuentro. (Jueces 14, 5)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina