Fundar 35 Resultados para: Profetiza

  • Dijo el rey de Israel a Josafat: «Queda todavía un hombre por quien podríamos consultar a Yahveh, pero yo le aborrezco, porque no me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Yimlá.» Dijo Josafat: «No hable el rey así.» (I Reyes 22, 8)

  • Respondió el rey de Israel a Josafat: «Queda todavía un hombre por quien podríamos consultar a Yahveh, pero yo le aborrezco, pues nunca me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Yimlá.» A lo que respondió Josafat: «No hable el rey así.» (II Crónicas 18, 7)

  • Si un profeta profetiza la paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, se reconocerá que le había enviado Yahveh de verdad.» (Jeremías 28, 9)

  • Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los montes de Israel y profetiza contra ellos. (Ezequiel 6, 2)

  • Por eso, profetiza contra ellos, profetiza, hijo de hombre.» (Ezequiel 11, 4)

  • Hijo de hombre, mira, la casa de Israel está diciendo: «La visión que éste contempla es para días lejanos, éste profetiza para una época remota.» (Ezequiel 12, 27)

  • Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel; profetiza y di a los que profetizan por su propia cuenta: Escuchad la palabra de Yahveh. (Ezequiel 13, 2)

  • Y tú, hijo de hombre, vuélvete hacia las hijas de tu pueblo que profetizan pro su propia cuenta, y profetiza contra ellas. (Ezequiel 13, 17)

  • Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia el mediodía, destila tus palabras hacia el sur, profetiza contra el bosque de la región del Négueb. (Ezequiel 21, 2)

  • Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Jerusalén, destila tus palabras hacia su santuario y profetiza contra la tierra de Israel. (Ezequiel 21, 7)

  • Hijo de hombre, profetiza. Dirás: Así dice el Señor. Di: ¡Espada, espada! Afilada está, bruñida. (Ezequiel 21, 14)

  • Y tú, hijo de hombre, profetiza y bate palmas. ¡Golpee la espada dos, tres veces, la espada de las víctimas, la espada de la gran víctima, que les amenaza en torno! (Ezequiel 21, 19)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina