Fundar 16 Resultados para: pendiente

  • Tu vida estará pendiente de un hilo; día y noche sentirás temor y no tendrás ninguna seguridad de sobrevivir. (Deuteronomio 28, 66)

  • Después seguía hasta la pendiente de Ecrón, hacia el norte, giraba hacia Sicrón, y cruzando por el monte de Baalá, salía por Iabneel para ir a terminar en el mar. (Josué 15, 11)

  • Por el lado septentrional, el límite partía del Jordán y subía por la pendiente norte de Jericó; luego subía por la montaña hacia el oeste, para terminar en el desierto de Bet Aven. (Josué 18, 12)

  • De allí el límite pasaba a Luz, hacia la pendiente meridional de Luz -o sea, de Betel- y después descendía hasta Atarot Adar, sobre el monte que está al sur de Bet Jorón de Abajo. (Josué 18, 13)

  • Después pasaba por la pendiente que hay frente a Bet Arabá, al norte, y bajaba hasta la Arabá; (Josué 18, 18)

  • seguía por la pendiente de Bet Joglá, hacia el norte, y terminaba en la parte septentrional del mar de la Sal, en el extremo sur del Jordán. Esta era la frontera sur. (Josué 18, 19)

  • Después del combate, Gedeón, hijo de Joás, regresó por la pendiente de Jares. (Jueces 8, 13)

  • Esta la metió en la bolsa de las provisiones, y las dos salieron juntas, como lo hacían habitualmente, para la oración. Atravesaron el campamento y, bordeando el barranco, subieron la pendiente de Betulia hasta llegar a sus puertas. (Judit 13, 10)

  • Menos aún cuando tú dices que no lo ves, que hay un juicio pendiente ante él, y que tú lo esperas. (Job 35, 14)

  • Después los persiguieron por la pendiente de Betjorón hasta la llanura: allí murieron unos ochocientos hombres, y los demás huyeron al país de los filisteos. (I Macabeos 3, 24)

  • No merece llamarse vida la del que está pendiente de la mesa de otro. Él mancha su boca con comida ajena, y el hombre instruido y bien educado se cuida de hacerlo. (Eclesiástico 40, 29)

  • Él se lanzó contra la nación enemiga y en la pendiente aniquiló a los adversarios, para que las naciones reconocieran la fuerza de sus armas, porque hacía la guerra de parte del Señor. (Eclesiástico 46, 6)


“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina