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  • y sus tres hijos mayores habían ido a la guerra detrás de Saúl. El mayor de estos tres hijos se llamaba Eliab, el segundo Abinadab y el tercero Sammá; (I Samuel 17, 13)

  • David se levantó de madrugada, dejó el rebaño al cuidado de un guardián y partió con su carga, como se lo había mandado Jesé. Cuando llegó al cerco del campamento, el ejército avanzaba en orden de batalla, lanzando el grito de guerra. (I Samuel 17, 20)

  • Pero Saúl respondió a David: "Tú no puedes batirte con ese filisteo, porque no eres más que un muchacho, y él es un hombre de guerra desde su juventud". (I Samuel 17, 33)

  • Y toda esta asamblea reconocerá que el Señor da la victoria sin espada ni lanza. Porque esta es una guerra del Señor, y él los entregará en nuestras manos". (I Samuel 17, 47)

  • Inmediatamente, los hombres de Israel y de Judá lanzaron el grito de guerra y persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Muchos filisteos cayeron heridos de muerte por el camino de Dos Puertas, hasta Gat y Ecrón. (I Samuel 17, 52)

  • Siempre que salía de campaña, enviado por Saúl, David tenía éxito. Entonces Saúl lo puso al frente de sus hombres de guerra. David era bien visto por todo el pueblo y también por los servidores de Saúl. (I Samuel 18, 5)

  • Al reanudarse la guerra, David salió a combatir contra los filisteos; les infligió una gran derrota y ellos huyeron ante él. (I Samuel 19, 8)

  • Samuel dijo a Saúl: "¿Por qué me has perturbado, haciéndome subir?". "Es que estoy en un grave aprieto, respondió Saúl; los filisteos me hacen la guerra, y Dios se ha apartado de mí: ya no me responde, ni por medio de los profetas ni en sueños. Por eso te llamé para que me indiques lo que debo hacer". (I Samuel 28, 15)

  • Hubo una larga guerra entre la casa de Saúl y la de David; y mientras la casa de David se iba fortaleciendo, la de Saúl se debilitaba cada vez más. (II Samuel 3, 1)

  • Mientras duraba la guerra entre la casa de Saúl y la de David, Abner afianzaba su posición en la casa de Saúl. (II Samuel 3, 6)

  • Capturó mil setecientos soldados de caballería y veinte mil hombres de a pie, y mutiló todos los caballos de los carros de guerra, reservándose sólo cien. (II Samuel 8, 4)

  • le envió a su hijo Iorám, para saludarlo y felicitarlo por haber hecho la guerra y derrotado a Hadadézer, ya que este era su rival. Iorám llevó consigo objetos de plata, oro y bronce, (II Samuel 8, 10)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina