Fundar 156 Resultados para: caminos

  • Henoc siguió los caminos de Dios. Después que nació Matusalén, Henoc vivió trescientos años y tuvo hijos e hijas. (Génesis 5, 22)

  • Siguió siempre los caminos de Dios, y luego desapareció porque Dios se lo llevó. (Génesis 5, 24)

  • Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre justo, irreprochable entre sus contemporáneos, y siguió siempre los caminos de Dios. (Génesis 6, 9)

  • Si me has brindado tu amistad, dame a conocer tus caminos, y yo te conoceré: así me habrás brindado realmente tu amistad. Ten presente que esta nación es tu pueblo". (Exodo 33, 13)

  • Enviaré contra ustedes las fieras del campo, para que les arrebaten a sus hijos y exterminen su ganado. Ellas los diezmarán, y los caminos de ustedes quedarán desiertos. (Levítico 26, 22)

  • Observa los mandamientos del Señor, tu Dios; sigue sus caminos y témelo. (Deuteronomio 8, 6)

  • Y ahora, Israel, esto es lo único que te pide el Señor, tu Dios: que lo temas y sigas todos sus caminos, que ames y sirvas al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, (Deuteronomio 10, 12)

  • Porque si observan realmente todo este mandamiento que yo les doy, amando al Señor, su Dios, siguiendo siempre sus caminos y siendo en todo fieles a él, (Deuteronomio 11, 22)

  • -siempre que te empeñes en cumplir íntegramente el mandamiento que hoy te prescribo de amar al Señor, tu Dios, y seguir sus caminos- entonces, a esas tres ciudades les añadirás otras tres. (Deuteronomio 19, 9)

  • Hoy tú le has hecho declarar al Señor que él será tu Dios, y que tú, por tu parte, seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y sus leyes, y escucharás su voz. (Deuteronomio 26, 17)

  • El Señor hará que caigan derrotados todos los enemigos que se alcen contra ti: vendrán a atacarte por un camino y por siete caminos huirán de ti. (Deuteronomio 28, 7)

  • El Señor hará de ti su pueblo santo, como te lo juró, si cumples sus mandamientos y sigues sus caminos. (Deuteronomio 28, 9)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina