Fundar 63 Resultados para: aliento

  • Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente. (Génesis 2, 7)

  • Yo voy a enviar a la tierra las aguas del Diluvio, para destruir completamente a todos los seres que tienen un aliento de vida: todo lo que hay en la tierra perecerá. (Génesis 6, 17)

  • Todas las clases de seres que están animados por un aliento de vida entraron con Noé en el arca; y lo hicieron por parejas, (Génesis 7, 15)

  • Murió todo lo que tenía un aliento de vida en sus narices, todo lo que estaba sobre el suelo firme. (Génesis 7, 22)

  • Con su último aliento -porque ya se moría- lo llamó Ben Oní; pero su padre le puso el nombre de Benjamín. (Génesis 35, 18)

  • Tú soplaste con tu aliento, y el mar los envolvió; se hundieron como plomo en las aguas formidables. (Exodo 15, 10)

  • Él será un signo perdurable entre yo y los israelitas, porque en seis días el Señor hizo el cielo y la tierra, pero el séptimo día descansó y retomó aliento. (Exodo 31, 17)

  • Pero ellos cayeron con el rostro en tierra y exclamaron: "Dios, tú que das el aliento a todos los vivientes, ¿te vas a irritar contra toda la comunidad cuando el que peca es uno solo?". (Números 16, 22)

  • ¿Adónde iremos? Nuestros hermanos nos dejaron sin aliento, cuando nos dijeron: ‘Son gente más grande y más alta que nosotros; las ciudades son enormes y están provistas de murallas que se elevan hasta el cielo. Allí vimos también a los anaquitas’". (Deuteronomio 1, 28)

  • David y su gente llegaron rendidos, y allí retomaron aliento. (II Samuel 16, 14)

  • Ahora levántate y ve a dar una palabra de aliento a tus servidores. Porque si no sales, ¡juro por el Señor que esta noche no quedará nadie contigo! Y esa sí que será para ti una desgracia peor que todas las que has soportado desde tu juventud hasta ahora". (II Samuel 19, 8)

  • los manjares de su mesa, los aposentos de sus servidores, el porte y las libreas de sus camareros, sus coperos y los holocaustos que ofrecía en la Casa del Señor, se quedó sin aliento (I Reyes 10, 5)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina