Fundar 47 Resultados para: querido

  • Porque tú amas a todos los seres, tú no detestas nada de lo que has hecho: Si no los hubieras querido, no los habrías hecho. (Sabiduría 11, 24)

  • Yavé de los Ejércitos lo ha jurado, diciendo: Tal como lo he pensado, pasará, y como lo he querido, se cumplirá. (Isaías 14, 24)

  • Pero, dice Yavé de los Ejércitos, cederá el clavo que había sido colocado en un muro resistente. Se soltará y caerá. Y todo el peso que sostenía, se hará añicos, pues así lo ha querido Yavé.) (Isaías 22, 25)

  • Les has herido, pero no han sentido; los has aplastado, pero no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como una roca y se han negado a convertirse. (Jeremías 5, 3)

  • Diles, entonces, esto: Esta es la nación que no ha escuchado la voz de Yavé, su Dios, ni ha querido aprender. La fidelidad ha muerto, ha desaparecido de su boca. (Jeremías 7, 28)

  • Los he pasado por el harnero en las ciudades del país. He dejado sin hijos a mi pueblo para que desaparezca, porque no ha querido dejar el mal camino. (Jeremías 15, 7)

  • Pero no han querido escuchar ni hacer caso para abandonar su maldad o dejar de incensar a dioses extranjeros. (Jeremías 44, 5)

  • Pero ¡volverán a Egipto! Ya que no han querido volver a mí, tendrán por rey a Asiria. (Oseas 11, 5)

  • los que decían: «¡Viva el Dios de Dan!» y «¡Viva el Dios Querido de Bersebá!» Esos caerán para no levantarse más. (Amós 8, 14)

  • «He querido a Sión hasta los celos y por ella he llegado hasta enojarme con sus enemigos. (Zacarías 8, 2)

  • Les tocamos la flauta y ustedes no han bailado; les cantamos canciones tristes y no han querido llorar. (Evangelio según San Mateo 11, 17)

  • ¡Jerusalén, Jerusalén! ¡Qué bien matas a los profetas y apedreas a los que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y tú no has querido! (Evangelio según San Mateo 23, 37)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina