Fundar 24 Resultados para: olivos

  • tierra de trigo y de cebada, de viñas e higueras, de granados y olivos, tierra de aceite y miel; (Deuteronomio 8, 8)

  • Cuando coseches tus olivos, no pasarás otra vez para sacudirlos: el resto será para el forastero, el huérfano y la viuda. (Deuteronomio 24, 20)

  • Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te darán ni siquiera aceite con que ungirte, porque se caerán las aceitunas y se pudrirán. (Deuteronomio 28, 40)

  • David subía el cerro de los Olivos llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. Todos los que lo acompañaban hacían otro tanto. (2 Samuel 15, 30)

  • El rey destruyó los santuarios que estaban en las lomas frente a Jerusalén, al sur del monte de los Olivos. Salomón, rey de Israel, los había construido para Astarté, ídolo de los sidonios, para Camos, ídolo de Moab, y para Milcom, ídolo de los amonitas. (2 Reyes 23, 13)

  • Tu esposa será como vid fecunda en medio de tu casa, tus hijos serán como olivos nuevos alrededor de tu mesa. (Salmos 128, 3)

  • o como cuando se apalean los olivos y sólo quedan dos o tres aceitunas en la copa o cuatro o cinco en las ramas del árbol, así será -palabra de Yavé, Dios de Israel. (Isaías 17, 6)

  • Yo les mandé la tiña y la polilla a todos sus jardines y viñedos; y devoró la langosta sus higueras y olivos. Con todo, ustedes no volvieron a mí -palabra de Yavé. (Amós 4, 9)

  • También hay cerca del candelabro dos olivos, uno a la derecha y otro a la izquierda.» (Zacarías 4, 3)

  • Le volví a preguntar: «¿Qué representan esos dos olivos puestos a la derecha y a la izquierda del candelabro?» (Zacarías 4, 11)

  • Ese día pondrá su pie sobre el Cerro de los Olivos, que queda al oriente de Jerusalén. Y el Cerro de los Olivos se partirá en dos de este a oeste, dejando en medio un profundo valle; una parte del cerro quedará al norte y la otra mitad al sur. (Zacarías 14, 4)

  • Estaban ya cerca de Jerusalén. Cuando llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, (Evangelio según San Mateo 21, 1)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina