Fundar 14 Resultados para: gemidos

  • Ahora me acuerdo de mi alianza al oír los gemidos de los hijos de Israel oprimidos por los egipcios. (Exodo 6, 5)

  • El pueblo fue a Betel y allí se sentaron frente a Yavé hasta la tarde, clamando y llorando con grandes gemidos. (Jueces 21, 2)

  • Muchos de los sacerdotes, levitas y de los más ancianos jefes de familia que habían conocido la casa primera, lloraban con grandes gemidos, mientras se ponían los cimientos. Pero otros lanzaban gritos de alegría, (Esdras 3, 12)

  • Mi vida se consume en la aflicción y mis años entre gemidos; mi fuerza desfallece entre tanto dolor y mis huesos se deshacen. (Salmos 31, 11)

  • Señor, ante ti están todos mis deseos, no se te ocultan mis gemidos. (Salmos 38, 10)

  • Cuando los hombres del Macabeo supieron que se ponía sitio a sus ciudades fuertes, suplicaron al Señor junto con todo el pueblo, en medio de gemidos y lágrimas, que enviara un ángel bueno para salvar a Israel. (2 Macabeos 11, 6)

  • Llenos de remordimiento, se dirán, muy angustiados, y con gemidos: (Sabiduría 5, 3)

  • No menospreciará la súplica del huérfano ni los gemidos de la viuda. (Sirácides (Eclesiástico) 35, 14)

  • Una visión siniestra se presenta a mis ojos: El traidor traiciona, y el salteador saquea: «¡Arriba, Elamitas! ¡ataquen, Medos!» - «Hice callar los últimos gemidos.» (Isaías 21, 2)

  • Lancen por los montes gemidos y lamentos, y un canto fúnebre por el pasto del desierto, porque ha sido quemado, y nadie pasa por allí, ni se oyen los mugidos del ganado. Desde los pájaros del cielo hasta las bestias, todas han huido, han desaparecido. (Jeremías 9, 9)

  • ¡Que toda su maldad llegue ante ti, y trátalos como me trataste a mí por todas mis rebeldías!, porque mis gemidos son muchos y languidece mi corazón. (Lamentaciones 1, 22)

  • Lo desenrolló ante mí; estaba escrito al revés y al derecho, y sólo eran cantos fúnebres, lamentaciones y gemidos. (Ezequiel 2, 10)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina