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  • y dijo Lía: «¡Felicidad! Las mujeres me felicitarán. » Y le llamó Aser. (Génesis 30, 13)

  • Escucha, pues, Israel, y cuida de poner en práctica lo que ha de traerte felicidad y prosperidad en esta tierra que mana leche y miel, como lo prometió Yavé, Dios de tus padres. (Deuteronomio 6, 3)

  • Ojalá que, viendo mi angustia, Yavé se apiade de mí y cambie mi desgracia de hoy en felicidad.» (2 Samuel 16, 12)

  • Y ahora: ¡levántate, Yavé Dios, hacia tu reposo, tú y el Arca de tu fuerza! ¡Que tus sacerdotes, Yavé Dios, se revistan de tu fuerza salvadora y tus fieles gocen de la felicidad! (2 Crónicas 6, 41)

  • para recordar que en esos días los judíos se habían librado de sus enemigos y que, en ese mes, su angustia se había cambiado en felicidad y su duelo en día de fiesta. Los convidaba, pues, a que ese día lo pasaran alegremente, se enviaran regalos unos a otros y dieran limosna a los pobres. (Ester 9, 22)

  • Así se lee, en efecto, que Mardoqueo era el primer ministro del rey; que fue muy apreciado por los judíos y querido por todos sus hermanos; que procuró siempre el bien de su pueblo y vivió preocupado de la felicidad de sus connacionales. (Ester 10, 3)

  • Pues ese día, que debía ser un día de desgracias, ha sido transformado por el supremo poder de Dios en un día de felicidad para la raza escogida. (Ester 16, 21)

  • Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la felicidad. (Job 7, 7)

  • Mis días han sido más rápidos que un correo, se me fueron sin conocer la felicidad, (Job 9, 25)

  • ¿Dónde está mi esperanza? ¿Quién divisará para mí la felicidad? (Job 17, 15)

  • Y tienen a su alcance la felicidad, sin que Dios esté presente en sus proyectos. (Job 21, 16)

  • Y hay quien muere con amargura en el alma, sin haber gustado nunca la felicidad. (Job 21, 25)


“Seja perseverante nas orações e nas santas leituras.” São Padre Pio de Pietrelcina