Fundar 21 Resultados para: dedos

  • Le harás un borde de cuatro dedos de alto con una moldura de oro. (Exodo 25, 25)

  • le hizo un borde de cuatro dedos de alto y encima de éste puso una moldura de oro. (Exodo 37, 12)

  • Moisés lo sacrificó. Mojando sus dedos en la sangre, untó con ella las esquinas del altar, para consagrarlo. Después derramó el resto de la sangre al pie del altar; de esta manera lo consagró, haciendo por él la expiación. (Levítico 8, 15)

  • También hubo un combate en Gat. Había allí un hombre de gran estatura que tenía seis dedos en cada mano y en cada pie, veinticuatro dedos en total. También era descendiente de Rafá. (2 Samuel 21, 20)

  • Hubo guerra de nuevo en Gat, y había un hombre de gran estatura que tenía veinticuatro dedos, seis en cada mano y pie. (1 Crónicas 20, 6)

  • Al ver tu cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has fijado, (Salmos 8, 4)

  • Bendito sea el Señor, Roca mía, que mis manos adiestra para el combate y mis dedos para la batalla, (Salmos 144, 1)

  • El pillo, el marrullero, anda con risitas; guiña un ojo, arrastra los pies, hace sonar los dedos. (Proverbios 6, 12)

  • ¡Hijo mío, guarda mis palabras, conserva como cosa preciosa mis consejos. Observa mis órdenes y vivirás, guarda mi enseñanza como a la niña de tus ojos. Apriétalos firmemente entre tus dedos, inscríbelos en las tablillas de tu corazón! (Proverbios 7, 1)

  • sus manos se ocupaban en la rueca, al huso sus dedos daban vuelta. (Proverbios 31, 19)

  • Me levanté para abrir a mi amado, y mis manos destilaron mirra, corrió mirra de mis dedos sobre el pestillo de la cerradura. (Cantar 5, 5)

  • Habían adoptado como dioses a ídolos venidos de todas las naciones - imágenes incapaces de ver con sus ojos, respirar con su nariz, oír con sus oídos; que no podían ni tocar con sus dedos ni caminar con sus pies. (Sabiduría 15, 15)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina