Fundar 13 Resultados para: Mipibaal

  • (Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo cojo, llamado Mipibaal. Cuando tenía cinco años llegó a Jezrael la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán; su nodriza lo tomó y huyó, pero con el apuro de la fuga se le cayó y quedó cojo.) (2 Samuel 4, 4)

  • Llegando al lado de David, Mipibaal, hijo de Jonatán y nieto de Saúl, se inclinó hasta tocar el suelo con su cara. David dijo: «Mipibaal.» (2 Samuel 9, 6)

  • Mipibaal volvió a inclinarse y dijo: «¿Quién es tu servidor para que te hayas fijado en un perro muerto como yo?» (2 Samuel 9, 8)

  • y respondió al rey: «Tu siervo hará todo lo que mi señor el rey le ordene; pero Mipibaal comía a mi mesa como uno de los hijos del rey.» (2 Samuel 9, 11)

  • Mipibaal tenía un pequeño llamado Miká. Todos los que habitaban en la casa de Sibá estaban al servicio de Mipibaal. (2 Samuel 9, 12)

  • Pero Mipibaal residía en Jerusalén porque comía siempre a la mesa del rey. Era tullido de ambas piernas. (2 Samuel 9, 13)

  • Apenas pasó David la cumbre, vino a su encuentro Sibá, servidor de Mipibaal, con un par de burros cargados con doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutas de la estación y un botellón de vino. (2 Samuel 16, 1)

  • Entonces el rey dijo: «Todo lo que posea Mipibaal ahora es tuyo.» Y Sibá, arrodillándose, le dijo: «¡No sé cómo agradecértelo, oh rey, mi señor!» (2 Samuel 16, 4)

  • También vino a su encuentro Mipibaal, hijo de Saúl, que no se había lavado los pies ni las manos, ni arreglado su bigote, ni lavado su ropa, desde el día en que el rey se había marchado hasta que volvió en paz. (2 Samuel 19, 25)

  • «Mipibaal, ¿por qué no viniste conmigo?» El respondió: «Porque mi servidor me engañó, pues yo, siervo tuyo, le dije: «Ensilla el burro para montar en él e ir con el rey; porque soy cojo.» (2 Samuel 19, 27)

  • Mipibaal dijo al rey: «Puede llevárselo todo, ya que mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa.» (2 Samuel 19, 31)

  • El rey perdonó a Mipibaal, porque era hijo de Jonatán, con el que había hecho un pacto ante Yavé. (2 Samuel 21, 7)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina