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  • Entonces José, levantando la vista vio a su hermano Benjamín, hijo de su misma madre, y dijo: «¿Es éste el hermano menor del cual me hablaron?» Y le dijo: «¡Dios te bendiga, hijo mío!» (Génesis 43, 29)

  • Aarón, levantando las manos hacia el pueblo, lo bendijo, y luego descendió, pues terminaba de ofrecer el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de comunión. (Levítico 9, 22)

  • «La asamblea de Israel les manda a decir: ¿Qué infidelidad es ésta? ¿Por qué han abandonado a Yavé, Dios de Israel, y se han rebelado contra él, levantando este altar? (Josué 22, 16)

  • David y su gente siguieron su camino, mientras Semeí, desde el otro lado de la quebrada, continuaba maldiciéndolo, tirando piedras y levantando polvo. (2 Samuel 16, 13)

  • y, luego, al tiempo de la ofrenda de la tarde, salí de mi postración, y con mis vestidos y mi manto desgarrados, me arrodillé, levantando mis manos a Yavé, mi Dios. (Esdras 9, 5)

  • Estaba éste sentado en su trono real, aparecía muy respetable, revestido de los ornamentos con que se presentaba en público y resplandeciente de oro y piedras preciosas. Levantando sus ojos, que impresionaban por su seriedad, los fijó en Ester, muy enojado. (Ester 15, 10)

  • Levantando su bastón de oro lo puso sobre el cuello de Ester, y en seguida la abrazó, diciéndole: «Cuéntame, ¿qué quieres?» (Ester 15, 14)

  • Levantando sus ojos vieron, en medio de un rumor confuso, mucho equipaje; el esposo, sus amigos y hermanos avanzaban hacia ellos con tamboriles, instrumentos musicales y armas numerosas. (1 Macabeos 9, 39)

  • Todas, levantando las manos al cielo, tomaban parte en la súplica. (2 Macabeos 3, 20)

  • ¡Qué glorioso era cuando, levantando su brazo, hería a las ciudades con su espada! (Sirácides (Eclesiástico) 46, 2)

  • Que cada uno desconfíe de su amigo y que no tenga confianza ni en su hermano, porque el hermano sólo piensa en suplantar al otro y el amigo anda levantando calumnias. (Jeremías 9, 3)

  • Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. (Evangelio según San Lucas 24, 50)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina