Salmos, 118
28. Tú eres mi Dios, te doy gracias; ¡Dios mío, te digo que eres grande!
28. Tú eres mi Dios, te doy gracias; ¡Dios mío, te digo que eres grande!
“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina