11. El rey mandó llamar al sacerdote Ajimelec, hijo de Ajitub, a toda la familia de su padre y a los sacerdotes que había en Nob.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina