23. Su fama crecía cada día hasta que se hizo vieja en casa de su marido Manasés; llegó a la edad de ciento cinco años. Dio la libertad a su esclava y murió en Betulia. La enterraron en el sepulcro de su marido Manasés.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina