Levítico, 6
20. Todo cuanto toque esta carne quedará consagrado y, si su sangre salpica los vestidos, lavarás en lugar santo la parte salpicada.
20. Todo cuanto toque esta carne quedará consagrado y, si su sangre salpica los vestidos, lavarás en lugar santo la parte salpicada.
O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina