39. Quedó su santuario desolado como un desierto, sus fiestas convertidas en duelo, sus sábados en irrisión, su honor en desprecio.





“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina