Proverbios, 30
13. ¡Qué altaneros son los ojos de esa gente, cuánto desdén hay en sus miradas!
13. ¡Qué altaneros son los ojos de esa gente, cuánto desdén hay en sus miradas!
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina