Found 98 Results for: promesa

  • Pero a sus ojos les parece esto un presagio mentiroso; se les había hecho una promesa, pero él recuerda su iniquidad, por la cual serán deportados. (Ezequiel 21, 28)

  • ¡Maldito el tramposo que, teniendo en su rebaño un macho perfecto, hace una promesa y ofrece al Señor en sacrificio otro defectuoso! Yo soy un gran rey -dice el Señor todopoderoso-, y mi nombre es temible entre las naciones. (Malaquías 1, 14)

  • "Ahora, Señor, puedes dejar morir en paz a tu siervo, porque tu promesa se ha cumplido: (Lucas 2, 29)

  • Una vez que estaba comiendo con ellos les mandó que no saliesen de Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre, de la que os hablé; (Hechos 1, 4)

  • Exaltado, pues, por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo, objeto de la promesa, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo. (Hechos 2, 33)

  • Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y también para todos los extranjeros que llame el Señor Dios nuestro". (Hechos 2, 39)

  • A medida que se acercaba el tiempo en que se debía cumplir la promesa que Dios había hecho a Abrahán, el pueblo aumentaba y se multiplicaba en Egipto, (Hechos 7, 17)

  • Nosotros os anunciamos la buena nueva: la promesa hecha a nuestros padres (Hechos 13, 32)

  • Ahora estoy sometido a juicio por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres, (Hechos 26, 6)

  • A Abrahán y a su descendencia le fue hecha la promesa de ser él el heredero del mundo, no por la ley, sino por la justicia que viene de la fe. (Romanos 4, 13)

  • Porque si los hijos de la ley son los herederos, la fe queda sin valor y la promesa anulada. (Romanos 4, 14)

  • Por esto la justicia viene de la fe, para que sea gratuita, a fin de que sea firme la promesa a toda la descendencia; no sólo a la que es por la fe de Abrahán, el cual es padre de todos nosotros, (Romanos 4, 16)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina