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  • Bendice, Yahveh, su vigor, y acepta la obra de sus manos. Rompe los lomos a sus adversarios y a sus enemigos, que no se levanten. (Deuteronomio 33, 11)

  • Tenía ella hombres apostados en la alcoba y le gritó: «Los filisteos contra ti, Sansón». El rompió las cuerdas de arco como se rompe el hilo de estopa en cuanto siente el fuego. Así no se descubrió el secreto de la fuerza. (Jueces 16, 9)

  • «Haya alianza entre nosotros como entre mi padre y tu padre. Te envío un presente de plata y oro. Anda, rompe tu alianza con Basá, rey de Israel, para que se aleje de mí.» (I Reyes 15, 19)

  • «Haya alianza entre nosotros, como entre mi padre y tu padre; te envío plata y oro. Anda, rompe tu alianza con Basá, rey de Israel, para que se aleje de mí.» (II Crónicas 16, 3)

  • ¡Oh Dios, rompe sus dientes en su boca, quiebra, Yahveh, las muelas de los leoncillos. (Salmos 58, 7)

  • Infúndeles miedo, rompe la confianza que en su fuerza ponen y queden abatidos con su derrota. (I Macabeos 4, 32)

  • Lengua mansa, árbol de vida, lengua perversa rompe el alma. (Proverbios 15, 4)

  • Quien tira una piedra a un pájaro, lo ahuyenta, quien afrenta al amigo, rompe la amistad. (Eclesiástico 22, 20)

  • No hay en él quien se canse y tropiece, quien se duerma y se amodorre; nadie se suelta el cinturón de los lomos, ni se rompe la correa de su calzado. (Isaías 5, 27)

  • ¿Acaso cada día ara al arador para sembrar, abre y rompe su terreno? (Isaías 28, 24)

  • Grita de júbilo, estéril que no das a luz, rompe en gritos de júbilo y alegría, la que no ha tenido los dolores; que más son los hijos de la abandonada, que los hijos de la casada, dice Yahveh. (Isaías 54, 1)

  • y les dices: Así dice Yahveh Sebaot: «Asimismo quebrantaré yo a este pueblo y a esta ciudad, como quien rompe un cacharro de alfarería, que ya no tiene arreglo. «Y se harán enterramientos en Tófet, hasta que falte sitio para enterrar. (Jeremías 19, 11)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina