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los dos riñones y el sebo adherido a ellos y a los lomos; y el resto que cubre el hígado; quitará todo este sebo junto con los riñones. (Levítico 3, 4)
los dos riñones y el sebo adherido a ellos y a los lomos, y el resto que cubre el hígado; quitará todo este sebo junto con los riñones. (Levítico 3, 10)
los dos riñones y el sebo adherido a ellos y a los lomos; y el resto que cubre el hígado; quitará todo este sebo junto con los riñones. (Levítico 3, 15)
los dos riñones y el sebo adherido a ellos y a los lomos, y el resto que cubre el hígado; quitará todo este sebo junto con los riñones, - (Levítico 4, 9)
los dos riñones y el sebo adherido a ellos y a los lomos, y el resto que cubre el hígado; se quitará todo este sebo junto con los riñones. (Levítico 7, 4)
Bendice, Yahveh, su vigor, y acepta la obra de sus manos. Rompe los lomos a sus adversarios y a sus enemigos, que no se levanten. (Deuteronomio 33, 11)
Los jóvenes que se habían criado con él respondieron diciendo: «Esto debes responder a este pueblo que te ha dicho: "Tu padre hizo pesado nuestro yugo; ahora tú aligera nuestro yugo", esto debes responder: Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre. (I Reyes 12, 10)
Sus servidores le dijeron: «Hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos. Deja que nos pongamos sayales sobre nuestros lomos y cuerdas en nuestras cabezas y salgamos hacia el rey de Israel. Acaso te deje la vida.» (I Reyes 20, 31)
Se ciñeron sayales a sus lomos y cuerdas sobre sus cabezas y fueron al rey de Israel y le dijeron: «Tu siervo Ben Hadad dice: Que pueda yo conservar mi vida.» El respondió: «¿Vive aún? ¡Es mi hermano!» (I Reyes 20, 32)
Los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: «Esto debes responder al pueblo que te ha dicho: "Tu padre hizo pesado nuestro yugo, ahora tú aligera nuestro yugo", esto debes responder: "Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre. (II Crónicas 10, 10)
Desata la banda de los reyes y les pasa una soga por los lomos. (Job 12, 18)
Ciñe tus lomos como un bravo: voy a interrogarte, y tú me instruirás. (Job 38, 3)
