Found 14 Results for: gobernar

  • Griten de gozo los árboles del bosque, griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra. (I Crónicas 16, 33)

  • ¿Sabría gobernar alguien que odia el derecho? ¿Vas a condenar al Justo, al Poderoso? (Job 34, 17)

  • Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. (Salmos 96, 13)

  • Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud. (Salmos 98, 9)

  • el sol, para gobernar el día, ¡porque es eterno su amor! (Salmos 136, 8)

  • la luna y las estrellas para gobernar la noche, ¡porque es eterno su amor! (Salmos 136, 9)

  • Cuando Antíoco se sintió seguro de su poder, proyectó apoderarse también de Egipto, para gobernar sobre ambos reinos. (I Macabeos 1, 16)

  • Hubo así paz en Israel y Jonatán se estableció en Micmás, donde comenzó a gobernar al pueblo y a exterminar a los impíos de en medio de Israel. (I Macabeos 9, 73)

  • No le sienta bien al insensato una vida confortable, ¡cuánto menos a un esclavo gobernar a los príncipes! (Proverbios 19, 10)

  • Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial. (Miqueas 5, 1)

  • Y el profeta Isaías dice a su vez: Aparecerá el brote de Jesé, el que se alzará para gobernar las naciones paganas: y todos los pueblos pondrán en él su esperanza. (Romanos 15, 12)

  • En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. (I Corintios 12, 28)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina