Found 126 Results for: Llegado

  • Después el Señor Dios dijo: "El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que ahora extienda su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre". (Génesis 3, 22)

  • que debo bajar a ver si sus acciones son realmente como el clamor que ha llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré". (Génesis 18, 21)

  • porque estamos a punto de destruir este lugar: ha llegado hasta la presencia del Señor un clamor tan grande contra esta gente, que él nos ha enviado a destruirlo". (Génesis 19, 13)

  • Y Abimélec dijo a Isaac: "Aléjate de nuestro lado, porque tú has llegado a ser mucho más poderoso que nosotros". (Génesis 26, 16)

  • Pero Labán le respondió: "Si quieres hacerme un favor, quédate conmigo. Yo he llegado a saber, por medio de la adivinación, que el Señor me bendijo gracias a ti. (Génesis 30, 27)

  • Llegado el momento del parto, resultó que en su seno había mellizos. (Génesis 38, 27)

  • Cuando en el palacio del Faraón se difundió la noticia de que habían llegado los hermanos de José, el Faraón y sus servidores vieron esto con buenos ojos. (Génesis 45, 16)

  • El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto cómo son oprimidos por los egipcios. (Exodo 3, 9)

  • Entonces yo les dije: "Ya han llegado a la montaña de los amorreos, que nos da el Señor, nuestro Dios. (Deuteronomio 1, 20)

  • Entonces te presentarás al sacerdote que esté en funciones en aquellos días, y le dirás: "Yo declaro hoy ante el Señor, tu Dios, que he llegado a la tierra que él nos dio, porque así lo había jurado a nuestros padres". (Deuteronomio 26, 3)

  • Cuando se notificó al rey de Jericó que unos hombres israelitas habían llegado durante la noche para observar el terreno, (Josué 2, 2)

  • Débora dijo a Barac: "Levántate, porque ha llegado el día en que el Señor pondrá en tus manos a Sísara. El Señor va delante de ti". Entonces Barac bajó del monte Tabor, al frente de los diez mil hombres, (Jueces 4, 14)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina