Found 81 Results for: soldados

  • Lo acompañaban además carros y soldados a caballo, lo que hacía que fuese una caravana muy considerable. (Génesis 50, 9)

  • Los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a Israel: cada uno huyó por su lado. Fue un gran desastre en que perecieron treinta mil soldados de infantería de Israel. (1 Samuel 4, 10)

  • Saúl, pues, envió unos soldados para que lo tomaran preso. Ellos vieron a la comunidad de los profetas «profetizando»; es decir, que estaban en trance, con Samuel al frente de ellos. Entonces el espíritu de Yavé se apoderó de los soldados, que también empezaron a profetizar. (1 Samuel 19, 20)

  • Los amonitas se dieron cuenta de que se habían hecho odiosos a David y enviaron men sajeros para contratar a veinte mil soldados ara meos de BetRejob y de Sobá, a mil hombres del rey de Maaká y a doce mil de Tob. (2 Samuel 10, 6)

  • Pues, con tu actitud, muestras que amas al que te odia y que odias al que te ama. Hoy has mostrado lo poco que te importan tus oficiales y tus soldados, y bien se ve que estarías feliz si hubiéramos muerto todos nosotros y no Absalón. (2 Samuel 19, 7)

  • Por ello, levántate, sal y agradece a tus soldados, que si no sales, te juro por Yavé que esta misma noche no te quedará ningún soldado y ésta será la peor de las desgracias que te haya sucedido desde tu niñez hasta el día de hoy.» (2 Samuel 19, 8)

  • Ajab le preguntó: «¿Con qué tropas los derrotaré?» Respondió el profeta: «Con los jóvenes soldados de tus jefes de provincias, pues así lo ha dicho Yavé.» Ajab preguntó: «¿Quién será el atacante?» «Tú», respondió el profeta. (1 Reyes 20, 14)

  • Estuvieron el rey de Israel, el de Judá y el de Edom dando la vuelta durante siete días, y faltó el agua para los soldados y para los animales de carga que los seguían. (2 Reyes 3, 9)

  • Un día, unos soldados arameos entraron al país de Israel y se llevaron cautiva a una muchachita, que quedó al servicio de la mujer de Naamán. (2 Reyes 5, 2)

  • Y, cuando terminaba el sacrificio, Jehú dio esta orden a los soldados y a su oficiales: «Entren y mátenlos a todos, que ninguno de ellos pueda escaparse.» Entraron, pues, y los pasaron a todos a filo de espada, llegando hasta el santuario de la Casa de Baal. (2 Reyes 10, 25)

  • No le quedaron a Joacaz más que cincuenta hombres de a caballo, diez carros de guerra y diez mil soldados, pues el rey de Aram había exterminado y reducido a polvo todo lo demás. (2 Reyes 13, 7)

  • Aquella misma noche, salió el Angel de Yavé y mató en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil soldados; a la hora de despertar, sólo se veían cadáveres. (2 Reyes 19, 35)


“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina