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  • A los que queden de ustedes les infundiré pánico en sus corazones en el país de sus enemigos; el ruido de una hoja que cae los hará huir como quien huye de la espada y caerán sin que nadie los persiga. (Levítico 26, 36)

  • y que yo también me enfrenté con ellos y los desterré al país de sus enemigos. ¡Ojalá que se humillen los corazones incircuncisos y acepten el castigo de su maldad! (Levítico 26, 41)

  • Pero no endurezcan sus corazones, como los endurecieron los egipcios y el faraón. ¿No tuvieron que dejar partir a Israel, después que Dios los castigó con varias plagas? (1 Samuel 6, 6)

  • Después, despidió Samuel al pueblo, y cada cual se fue a su casa. También Saúl se fue a la suya, en Guibea, acompañado de aquellos valientes cuyos corazones había movido el Señor. (1 Samuel 10, 26)

  • Así los corazones de ustedes estarán enteramente con Yavé, nuestro Dios, para caminar según sus preceptos y para guardar sus mandamientos como hoy.» (1 Reyes 8, 61)

  • Respóndeme, Yavé. Respóndeme y que todo el pueblo sepa que tú eres Dios, y que tú conviertes sus corazones.» (1 Reyes 18, 37)

  • Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón entero y con ánimo cariñoso, porque Yavé sondea a todos los corazones y penetra los pensamientos en todas sus formas. Si lo buscas, se dejará encontrar, pero si lo dejas, él te arrojará para siempre. (1 Crónicas 28, 9)

  • Bien sé, Dios mío, que tú pones a prueba los corazones y amas la rectitud de corazón. Tú sabes que todo te lo ofrecí espontáneamente y ahora veo con alegría que tu pueblo, que está aquí, te ofrece espontáneamente sus dones. (1 Crónicas 29, 17)

  • No endurezcan sus corazones como nuestros padres, sino que den la mano a Yavé, vengan a su santuario que él ha santificado para siempre, sirvan a Yavé, nuestro Dios, y el furor de su ira se apartará de ustedes. (2 Crónicas 30, 8)

  • Como los colocó en el crisol para probar sus corazones, así el Señor nos hiere a los que nos acercamos a él, no para castigarnos, sino para instruirnos.» (Judit 8, 27)

  • Pon fin a la maldad y a los malvados, y fortalece tú al justo, pues las mentes y los corazones tú sondeas, tú que eres un Dios justo. (Salmos 7, 10)

  • él, que solo formó sus corazones, él, que escudriña todas sus acciones. (Salmos 33, 15)


“Que Nossa Senhora nos obtenha o amor à cruz, aos sofrimentos e às dores.” São Padre Pio de Pietrelcina