61. Ofreció una fuente de plata de ciento treinta siclos de peso, un platillo de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la oblación;





“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina