Deuteronomio, 32
22. ¡Miren que saltó fuego de mi cólera y la llama consume hastaele mundo de abajo, devora la tierra y sus frutos, abrasa los cimientos de los cerros!
22. ¡Miren que saltó fuego de mi cólera y la llama consume hastaele mundo de abajo, devora la tierra y sus frutos, abrasa los cimientos de los cerros!
“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina