22. Samuel tomó a Saúl y a su muchacho, los invitó a entrar en la sala y los hizo sentarse en la cabecera de la mesa, donde había treinta personas.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina