Salmos, 64
8. Pero Dios los acribilla a flechazos y quedan heridos de improviso;
8. Pero Dios los acribilla a flechazos y quedan heridos de improviso;
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina