Bíblia Católica
 

Jeremías, 6

10. ¿A quién hablar, a quién advertir para que escuchen? Sus oídos están incircuncisos, no pueden prestar atención; la palabra del Señor se ha convertido en un oprobio para ellos, ¡no la quieren!

Versículos relacionados com Jeremías, 6:

Jeremías 6 se ocupa de la rebelión y la falta de arrepentimiento del pueblo de Judá, así como con la destrucción inminente que les resultaría como consecuencia de sus pecados. A continuación, presento cinco versos relacionados con estos temas:

Oseas 14:1: "Conviertate, oh Israel, al Señor tu Dios; porque por tus pecados has caído". Este versículo trae un mensaje similar al de Jeremías 6, llamando al pueblo de Dios al arrepentimiento y la conversión.

Isaías 55:6-7: "Busca al Señor siempre que uno pueda encontrar, invocarlo mientras esté cerca. Deja a los malvados a su manera, y al hombre malvado sus pensamientos; recurrir al Señor, que simpatizará con él; A nuestro Dios, porque es abundante al perdonar ". Este versículo alienta a las personas a buscar a Dios mientras haya tiempo, abandonando sus formas pecaminosas y recurriendo al Señor, que abundante al perdonar.

Ezequiel 18:30: "Por lo tanto, te juzgaré, a cada uno de acuerdo con sus caminos, oh Casa de Israel, dice el Señor Jehová. Tallado". Este versículo refuerza la idea de que el juicio de Dios se basará en las acciones de cada persona y alienta a las personas a arrepentirse y abandonar sus pecados.

Salmo 51:17: "Los sacrificios a Dios son el espíritu roto; para un corazón roto y contrito no despreciarás, oh Dios". Este versículo enfatiza que el verdadero sacrificio a Dios es un corazón roto y contrito, no simplemente rituales externos.

Isaías 1:16-17: "Lávese, purifica, toma el mal de tus actos de ante mis ojos; dejó de hacer el mal. Aprendí a hacer el bien;, lidiar con la causa de las viudas". Este versículo llama a las personas a abandonar sus pecados y practicar justicia y bondad como una forma de complacer a Dios.





“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina