II Samuel, 16

El Libro del Pueblo de Dios

1 David acababa de pasar la cumbre, cuando le salió al encuentro Sibá, el servidor de Meribaal, con un par de asnos ensillados y cargados con doscientos panes, cien racimos de pasas de uva, cien frutas frescas y un odre de vino.




Versículos relacionados com II Samuel, 16:

2 Samuel 16 informa la traición de Ziba, el sirviente de Mephiboste, y la llegada de Simei, que maldijo al rey David mientras huyó de Jerusalén. Simei arrojó piedras y tierra hacia el rey y lo acusó de ser un hombre sediento de sangre que había robado el trono de Saul. David, sin embargo, se negó a tomar represalias contra Simei, creyendo que Dios podría estar usando las palabras del hombre para corregirlo.

Salmos 4:5: "Muchos dicen:" ¿Quién nos mostrará bien? " Haz, Señor, brilla la luz de tu rostro sobre nosotros ". David está siendo maldito y atacado por Simei en 2 Samuel 16, pero confía en que Dios es la fuente de la verdadera sabiduría y la justicia. Este salmo le pide a Dios que brille la luz de su rostro, trayendo alegría y esperanza a quienes confían en él.

Salmo 31:13-14: "Porque escucho la difamación de muchos; temor me rodea, mientras juntos se compensan contra mí; planean llevar mi vida. Pero yo, Señor, confío en ti y digo, tú eres mi Dios". David está rodeado de sus enemigos en 2 Samuel 16, y este Salmo habla sobre la difamación que enfrenta. Sin embargo, David confía en Dios, recordando que él es su Dios y protector.

Proverbios 16:7: "Cuando los caminos de un hombre son agradables para el Señor, incluso sus enemigos hacen las paces con él". David elige no tomar represalias contra Simei en 2 Samuel 16, y este versículo de Proverbios destaca la sabiduría de esa decisión. Cuando buscamos complacer a Dios en nuestras formas, él puede suavizar nuestras relaciones, incluso con aquellos que se oponen a nosotros.

Mateo 5:44: "Pero te digo, amo a tus enemigos y reza por los que te persiguen". En 2 Samuel 16, Simei es claramente un enemigo de David, pero en lugar de devolver el mal, Jesús nos enseña a amar y rezar por nuestros enemigos. Esta actitud de amor y gracia puede transformarnos a nosotros mismos y también a los que nos tratan mal.

Romanos 12:19: "No te vengarán, amados, sino que cederán a la ira; porque está escrito, mi venganza; recompensaré, diré el Señor". En 2 Samuel 16, David elige no vengarse de Simei, reconociendo que la venganza pertenece a Dios. Este versículo en romanos nos recuerda que la justicia es responsabilidad de Dios y no la nuestra. En lugar de buscar venganza, debemos confiar en que Dios actúe de manera justa.


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