Daniel, 10
15. Mientras él me dirigía estas palabras, volví mi rostro hacia el suelo y me quedé mudo.
15. Mientras él me dirigía estas palabras, volví mi rostro hacia el suelo y me quedé mudo.
“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina