25. Te entregaré en manos de los que buscan tu muerte, en manos de aquellos que tanto miedo te infunden: en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los caldeos.





“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina