II Samuel, 19
5. El rey se había cubierto el rostro y daba grandes gritos: "¡Hijo mío, Absalón! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!".
5. El rey se había cubierto el rostro y daba grandes gritos: "¡Hijo mío, Absalón! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!".
“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina