35. Hemos echado a suertes - sacerdotes, levitas y pueblo - la ofrenda de la leña que ha de traer a la Casa de nuestro Dios cada familia en su turno, a sus tiempos, cada año, para quemarla sobre el altar de Yahveh nuestro Dios con arreglo a lo escrito en la Ley.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina