20. Por eso te nombramos hoy sumo sacerdote de tu nación y te concedemos el título de amigo del rey - le enviaba al mismo tiempo una clámide de púrpura y una corona de oro -. Por tu parte, haz tuya nuestra causa y guárdanos tu amistad.»





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina