4. fue a ver al rey Demetrio hacia el año ciento cincuenta y uno, y le obsequió una corona de oro y una palma, además de los acostumbrados ramos de olivo del templo. Y aquel día, se contentó con eso.





“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina