5. El rey les asignó para cada día una porción de sus propios manjares y del vino que él bebía. Ellos debían ser educados durante tres años, y al cabo de esos años se pondrían al servicio del rey.





“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina