Gefunden 201 Ergebnisse für: hijas

  • David estaba muy angustiado porque la gente quería apedrearlo, pues todos estaban muy amargados, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Pero David se confortó en el Señor, su Dios. (I Samuel 30, 6)

  • No les faltó nada, ni chico ni grande, ni hijos ni hijas. Todo lo que les había sido tomado fue recuperado por David. (I Samuel 30, 19)

  • No deis la noticia en Gat, no lo publiquéis por los caminos de Ascalón; que no se alegren las hijas de los filisteos, que no se regocijen las hijas de los incircuncisos. (II Samuel 1, 20)

  • Hijas de Israel, llorad sobre Saúl, que os vestía de escarlata y de lino fino y adornaba con oro vuestros vestidos. (II Samuel 1, 24)

  • David tomó todavía más concubinas y mujeres en Jerusalén, después de haber venido de Hebrón, y le nacieron hijos e hijas. (II Samuel 5, 13)

  • Llevaba una túnica talar y con mangas, pues así se vestían en otro tiempo las hijas del rey todavía vírgenes. El criado la echó y cerró la puerta tras ella. (II Samuel 13, 18)

  • Joab se presentó al rey, en su casa, y le dijo: "Hoy cubres de vergüenza a tus siervos, que han salvado hoy tu vida, la vida de tus hijos y de tus hijas, la de tus mujeres y tus concubinas, (II Samuel 19, 6)

  • Pasaron a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron adivinaciones y encantamientos y se entregaron a hacer todo lo que es malo a los ojos del Señor, provocando así su indignación. (II Reyes 17, 17)

  • Sesán no tuvo hijos, sino hijas. Sesán tenía un esclavo egipcio llamado Yarjá. (I Crónicas 2, 34)

  • A éste dio Sesán por esposa una de sus hijas, de la que tuvo a Atay. (I Crónicas 2, 35)

  • Simeí tuvo dieciséis hijos y seis hijas, pero sus hermanos tuvieron pocos hijos, y sus clanes no se multiplicaron como los de los hijos de Judá. (I Crónicas 4, 27)

  • Maquir tomó una mujer para Jupín y Supín. Su hermana se llamaba Maacá. El nombre del segundo hijo de Manasés era Selofjad. Selofjad tuvo hijas. (I Crónicas 7, 15)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina