Gefunden 120 Ergebnisse für: Samaría

  • Me repugna tu becerro, Samaría; mi cólera se enciende contra él. ¿Hasta cuándo seguirán sin purificarse? (Oseas 8, 5)

  • De Israel procede, un artista lo ha fabricado; no, no es Dios. Pero el becerro de Samaría quedará hecho astillas. (Oseas 8, 6)

  • Los habitantes de Samaría temen por el becerro de Bet-Avén; sí, su pueblo está de luto por él, y por él sus sacerdotes se lamentan porque su gloria ha desaparecido. (Oseas 10, 5)

  • ¡Ha desaparecido Samaría! Su rey es como espuma sobre el agua. (Oseas 10, 7)

  • Samaría será castigada porque se ha rebelado contra su Dios. Caerán a espada, sus niños serán estrellados y reventadas sus mujeres encinta. (Oseas 14, 1)

  • Proclamadlo en los palacios de Asdod y en los palacios de Egipto; decid: "Reuníos sobre los montes de Samaría, y ved los desórdenes que hay en ella y la violencia que reina allí". (Amós 3, 9)

  • Esto dice el Señor: "Como el pastor salva de la boca del león dos patas o la punta de una oreja, así serán salvados los israelitas, los instalados en Samaría, que se recuestan en divanes lujosos y en camas confortables". (Amós 3, 12)

  • Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que vivís en la montaña de Samaría; las que oprimís a los débiles, maltratáis a los pobres y decís a vuestros maridos: "Traed y bebamos". (Amós 4, 1)

  • Ay de los que ponen su seguridad en Sión y de los que confían en el monte de Samaría, los que se consideran los jefes del primero de los pueblos y a los cuales viene la casa de Israel. (Amós 6, 1)

  • Los que juran por el pecado de Samaría, los que dicen: "¡Vive tu Dios, Dan!" y "¡Vive el camino de Berseba!" caerán y no se levantarán más. (Amós 8, 14)

  • Ocuparán el Negueb, la montaña de Esaú, la llanura, el país de los filisteos, el territorio de Efraín y de Samaría, Benjamín y Galaad. (Abdías 1, 19)

  • Palabra del Señor dirigida a Miqueas, de Moréset, en tiempo de Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. Sus visiones sobre Samaría y Jerusalén. (Miqueas 1, 1)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina