Gefunden 18 Ergebnisse für: mora

  • sino que cada mujer pedirá a su vecina y a la que mora en su casa objetos de plata, objetos de oro y vestidos, que pondréis a vuestros hijos y a vuestras hijas, y así despojaréis a los egipcios.» (Exodo 3, 22)

  • Así purificará el santuario de las impurezas de los israelitas y de sus rebeldías en todos sus pecados. Lo mismo hará con la Tienda del Encuentro que mora con ellos en medio de sus impurezas. (Levítico 16, 16)

  • Si el forastero o huésped que mora contigo adquiere bienes, y, en cambio, tu hermano se empobrece en asuntos con él y se vende al forastero, al que mora contigo, o a algún descendiente de familia de forastero, (Levítico 25, 47)

  • Para Benjamín dijo: Querido de Yahveh, en seguro reposa junto a El, todos los días le protege, y entre sus hombros mora. (Deuteronomio 33, 12)

  • lo mejor de la tierra y cuanto contiene, y el favor del que mora en la Zarza: ¡caiga sobre la cabeza de José, sobre la frente del elegido entre sus hermanos! (Deuteronomio 33, 16)

  • Israel mora en seguro; la fuente de Jacob aparte brota para un país de trigo y vino; hasta sus cielos el rocío destilan. (Deuteronomio 33, 28)

  • Allende el Jordán, Galaad se queda, y Dan, ¿por qué vive en naves extranjeras? Aser se ha quedado a orillas del mar, tranquilo en sus puertos mora. (Jueces 5, 17)

  • Pues David había dicho: «Yahveh, el Dios de Israel, ha dado reposo a su pueblo y mora en Jerusalén para siempre. (I Crónicas 23, 25)

  • Nun. su alma mora en la felicidad, y su estirpe poseerá la tierra. (Salmos 25, 13)

  • El que mora en el secreto de Elyón pasa la noche a la sombra de Sadday, (Salmos 91, 1)

  • No mora dentro de mi casa el agente de engaño; el que dice mentiras no persiste delante de mis ojos. (Salmos 101, 7)

  • los habitantes de la montaña de Seír, los filisteos y el pueblo necio que mora en Siquem. (Eclesiástico 50, 26)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina