Gefunden 15 Ergebnisse für: esforzados

  • Vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestros rebaños se quedarán en la tierra que os ha dado Moisés al otro lado del Jordán. Pero vosotros, todos los guerreros esforzados, pasaréis en orden de batalla al frente de vuestros hermanos y les ayudaréis (Josué 1, 14)

  • Sus hermanos de todas las familias de Isacar, eran 87.000, esforzados guerreros, inscritos todos ellos en las genealogías. (I Crónicas 7, 5)

  • Hijos de Bela: Esbón, Uzzí, Uzziel, Yerimot e Irí: cinco jefes de las casas paternas, esforzados guerreros, inscritos en las genealogías en número de 22.034. (I Crónicas 7, 7)

  • Estaban inscritos según linajes y los jefes de sus casa paternas; tenían 20.200 guerreros esforzados. (I Crónicas 7, 9)

  • Todos estos fueron hijos de Yediael, cabezas de familia, esforzados guerreros, en número de 17.200, aptos para la milicia y la guerra. (I Crónicas 7, 11)

  • Todos estos fueron hijos de Aser, jefes de familia, gente escogida, esforzados guerreros, jefes de príncipes. EN los registros genealógicos estaban inscritos en número de 26.000 hombres, aptos para la milicia y la guerra. (I Crónicas 7, 40)

  • Los hijos de Ulam fueron esforzados guerreros que manejaban el arco; tuvieron muchos hijos y nietos: 150. Todos estos eran descendientes de Benjamín. (I Crónicas 8, 40)

  • Los valientes esforzados fueron: Asahel, hermano de Joab; Eljanán, hijo de Dodó, de Belén; (I Crónicas 11, 26)

  • Asá tenía un ejército de 300.000 hombres de Judá, que llevaban pavés y lanza, y 280.000 de Benjamín, que llevaban escudo y eran arqueros; todos ellos esforzados guerreros. (II Crónicas 14, 7)

  • Esta es la lista, por sus casas paternas: De Judá, jefes de millar: Adná, el jefe, y con él 300.000 hombres esforzados. (II Crónicas 17, 14)

  • A su lado Amasías, hijo de Zikrí, que se había consagrado espontáneamente a Yahveh, y bajo su mando 200.000 hombres esforzados. (II Crónicas 17, 16)

  • El número total de los jefes de familia era de 2.600 hombres esforzados. (II Crónicas 26, 12)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina