Gefunden 28 Ergebnisse für: aromas

  • aceite para el alumbrado, aromas para el óleo de la unción y para el incienso aromático; (Exodo 25, 6)

  • Toma tú aromas escogidos: de mirra pura, quinientos siclos; de cinamomo, la mitad, o sea, 250; de caña aromática, 250; (Exodo 30, 23)

  • Dijo Yahveh a Moisés: Procúrate en cantidades iguales aromas: estacte, uña marina y gálbano, especias aromáticas e incienso puro. (Exodo 30, 34)

  • aceite para el alumbrado, aromas para el óleo de la unción y para el incienso aromático, (Exodo 35, 8)

  • aromas y aceite para el alumbrado, para el óleo de la unción y para el incienso aromático. (Exodo 35, 28)

  • Reduciré vuestras ciudades a ruina y devastaré vuestros santuarios, no aspiraré ya más vuestros calmantes aromas. (Levítico 26, 31)

  • Llegó a Jerusalén con gran número de camellos que traían aromas, gran cantidad de oro y piedras preciosas; llegada que fue donde Salomón, le dijo todo cuanto tenía en su corazón. (I Reyes 10, 2)

  • Dio al rey 120 talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca llegaron aromas en tanta abundancia como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (I Reyes 10, 10)

  • Y cada uno de ellos traía su presente: objetos de plata, objetos de oro, vestidos, armas y aromas, caballos y mulos, año tras año. (I Reyes 10, 25)

  • Se alegró Ezequías por ello y enseñó a los enviados su cámara del tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y todo cuanto había en los tesoros; no hubo nada que Ezequías no les mostrara en su casa y en todo su dominio. (II Reyes 20, 13)

  • Otros estaban encargados de los utensilios y de todos los instrumentos del Santuario, de la flor de harina, el vino, el aceite, el incienso y los aromas. (I Crónicas 9, 29)

  • Los que hacían la mezcla para los aromas eran sacerdotes. (I Crónicas 9, 30)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina