Gefunden 14 Ergebnisse für: Rodeaban

  • Envió entonces Yahveh a Yerubbaal, a Baraq, a Jefté y a Samuel, os ha librado de los enemigos que os rodeaban y habéis vivido en seguridad. (I Samuel 12, 11)

  • Dijo Saúl a todos los servidores que le rodeaban: «Oídme todos, benjaminitas: ¿también a cada uno de vosotros os va a dar el hijo de Jesé campos y viñas y os va a nombrar a todos jefes de millares y jefes de cien, (I Samuel 22, 7)

  • los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la muerte. (II Samuel 22, 6)

  • Despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las advertencias que les hizo, caminando en pos de vanidades, haciéndose ellos mismos vanidad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las que Yahveh les había ordenado: «No haréis como ellas.» (II Reyes 17, 15)

  • Todas las tropas caldeas que había con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban a Jerusalén. (II Reyes 25, 10)

  • El terror de Yahveh se apoderó de todos los reinos de los países que rodeaban a Judá, de manera que no hicieron guerra contra Josafat. (II Crónicas 17, 10)

  • En las ciudades de Manasés, de Efraím y de Simeón, y hasta en Neftalí y en los territorios asolados que las rodeaban, (II Crónicas 34, 6)

  • los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la Muerte. (Salmos 18, 6)

  • Me rodeaban todos los gentiles: en el nombre de Yahveh los cercené; (Salmos 118, 10)

  • me rodeaban, me asediaban: en el nombre de Yahveh los cercené. (Salmos 118, 11)

  • Me rodeaban como avispas, llameaban como fuego de zarzas: en el nombre de Yahveh los cercené. (Salmos 118, 12)

  • Pero Jonatán prendió fuego a Azoto y a las ciudades que la rodeaban , se hizo con el botín y abrasó el templo de Dagón y a los que en él se habían refugiado. (I Macabeos 10, 84)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina