Gefunden 94 Ergebnisse für: Cien

  • Estos son los descendientes de Sem: Sem tenía cien años cuando engendró a Arpaksad, dos años después del diluvio. (Génesis 11, 10)

  • Abraham cayó rostro en tierra y se echó a reír, diciendo en su interior: ¿A un hombre de cien años va a nacerle un hijo?, ¿y Sara, a sus noventa años, va a dar a luz?» (Génesis 17, 17)

  • Abraham era de cien años cuando le nació su hijo Isaac. (Génesis 21, 5)

  • Compró a los hijos de Jamor, padre de Siquem, por cien agnos la parcela de campo donde había desplegado su tienda, (Génesis 33, 19)

  • También harás el atrio de la Morada. Del lado del Négueb, hacia el sur, el atrio tendrá un cortinaje de lino fino torzal, en una longitud de cien codos a uno de los lados. (Exodo 27, 9)

  • A lo largo del lado septenrional habrá igualmente un cortinaje en una longitud de cien codos, con sus veinte postes que descansarán sobre veinte basas de bronce; los ganchos de los postes y sus varillas serán de plata. (Exodo 27, 11)

  • El atrio tendrá cien codos de largo, cincuenta codos de ancho y cinco codos de alto; todo de lino fino torzal y con sus basas de bronce. (Exodo 27, 18)

  • Hizo también el atrio; por el lado del Négueb, hacia el sur, estaba el cortinaje del atrio, de lino fino torzal, de cien codos. (Exodo 38, 9)

  • Por el lado septentrional había igualmente un cortinaje de cien codos. Sus postes eran veinte, y veinte sus basas de bronce; los ganchos de los postes y sus varillas eran de plata. (Exodo 38, 11)

  • la plata de los incluidos en el censo de la comunidad, cien talentos y 1.775 siclos, en siclos del Santuario: (Exodo 38, 25)

  • Los cien talentos de plata se emplearon en fundir las basas del Santuario y las basas del velo; cien basas correspondientes a los cien talentos, un talento por basa. (Exodo 38, 27)

  • Cinco de vosotros perseguiréis a cien, y cien de vosotros perseguiréis a 10.000; vuestros enemigos ante vosotros caerán a filo de espada. (Levítico 26, 8)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina