Gefunden 38 Ergebnisse für: perdido

  • Y cuando el Faraón ordenó que hicieran un recuento, se comprobó que los israelitas no habían perdido ni una sola cabeza de ganado. A pesar de eso, el Faraón se obstinó y no dejó partir al pueblo. (Exodo 9, 7)

  • Si encuentras perdido el buey o el asno de tu enemigo, se los llevarás inmediatamente. (Exodo 23, 4)

  • o si encuentra un objeto perdido, y lo niega, o si jura en falso respecto de una de esas cosas por las que un hombre puede incurrir en pecado; (Levítico 5, 22)

  • si alguien peca y se hace culpable por cualquiera de estos motivos, deberá restituir lo que haya adquirido por medio de la estafa o la extorsión, así como también el depósito que se le confió, el objeto perdido que encontró, (Levítico 5, 23)

  • ¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo de Quemós! Él puso en fuga a sus hijos, e hizo prisioneras a sus hijas en manos de Sijón, un rey amorreo. (Números 21, 29)

  • Porque esa gente ha perdido el juicio y carece de inteligencia. (Deuteronomio 32, 28)

  • Este tenía noventa y ocho años; había perdido la vista y no podía ver. (I Samuel 4, 15)

  • Así lo hizo la mujer de Jeroboám: partió hacia Silo y entró en la casa de Ajías. Este ya no podía ver, porque había perdido la vista a causa de su vejez. (I Reyes 14, 4)

  • no he manchado mi nombre ni el nombre de mi padre, en el país de mi destierro. Soy la única hija de mi padre; él no tiene otro hijo que sea su heredero, ni tiene hermanos ni pariente cercano a quien darme como esposa. Ya he perdido siete maridos, ¿por qué debo vivir todavía? Si no quieres hacerme morir, Señor, mírame y compadécete de mí, para que no tenga que oír más insultos". (Tobías 3, 15)

  • Bien merece la lealtad de su amigo el hombre deshecho que ha perdido el temor a Dios. (Job 6, 14)

  • ¿De qué me hubiera servido la fuerza de sus manos? Ellos habían perdido todo su vigor: (Job 30, 2)

  • Al verse perdido, Menelao prometió una importante suma a Tolomeo, hijo de Dorimeno, para que tratara de persuadir al rey. (II Macabeos 4, 45)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina