Encontrados 63 resultados para: valor

  • Con estas palabras les infundió valor, los dispuso a morir por la patria y sus leyes y dividió el ejército en cuatro alas. (II Macabeos 8, 21)

  • Al salir el sol, se entabló la batalla. Unos llevaban como garantía de éxito y de victoria, además del valor y esfuerzo personal, la confianza ciega en su Señor; los otros, en cambio, sólo su propio odio. (II Macabeos 10, 28)

  • Todos a una bendijeron a Dios misericordioso; y de tal forma cobraron ánimo y valor, que se sentían capaces de acometer no sólo a hombres, sino a fieras y aun a penetrar los muros de hierro. (II Macabeos 11, 9)

  • Después se dirigió a Efrón, ciudad fuerte donde vivía Lisias y una población cosmopolita. Jóvenes robustos, alineados sobre los muros, se defendían con valor y brío, abundantemente provistos de proyectiles y de máquinas. (II Macabeos 12, 27)

  • A pesar de esto, Nicanor, conociendo el valor de los de Judas y el entusiasmo con que luchaban por la patria, no quiso aventurarse a ponerlo todo a prueba de sangre. (II Macabeos 14, 18)

  • No había muerto todavía y, encendido en valor, se levantó a pesar de la sangre que perdía por todas partes, pasó corriendo a través de los soldados, (II Macabeos 14, 45)

  • Encendió sus ánimos con palabras de la ley y los profetas, les trajo a la memoria las batallas ganadas y les infundió valor. (II Macabeos 15, 9)

  • Hijo mío, honra a tu alma con la humildad y apréciala en su justo valor. (Eclesiástico 10, 28)

  • La mujer honesta es gracia sobre gracia, la recatada es de valor inestimable. (Eclesiástico 26, 15)

  • ¿Qué hombre antes que él tuvo su valor? Porque él mismo combatía las batallas del Señor. (Eclesiástico 46, 3)

  • Aquel día todo lugar donde había mil cepas por valor de mil monedas de plata será reducido a espinas y zarzas. (Isaías 7, 23)

  • El Señor avanza como un héroe, como un guerrero excita su valor; lanza el grito de guerra, el alarido, marcha poderoso contra sus enemigos. (Isaías 42, 13)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina