Encontrados 25 resultados para: respeto

  • Los judíos, que le acompañaban por la fuerza, le decían: "No intentes aniquilarlos tan feroz y tan salvajemente; ten respeto al día de sábado, honrado y declarado santo por aquel que todo lo ve". (II Macabeos 15, 2)

  • El respeto del Señor rechaza los pecados y aparta sin cesar la cólera. (Eclesiástico 1, 21)

  • Hay quien por respeto humano pierde su alma, y quien la pierde en presencia de un insensato. (Eclesiástico 20, 22)

  • Hay quien por respeto humano hace promesa a su amigo, y así se granjea un enemigo sin motivo. (Eclesiástico 20, 23)

  • Pero de estas otras cosas no habrás de avergonzarte, ni tengas respeto humano y vengas a pecar por ello: (Eclesiástico 42, 1)

  • Ni hubo hombre semejante a José, jefe de sus hermanos, apoyo del pueblo, cuyos huesos fueron tratados con respeto. (Eclesiástico 49, 15)

  • Sí, la viña del Señor omnipotente es el pueblo de Israel; y los hombres de Judá, su plantel escogido. El Señor esperaba de ellos respeto a la ley, y hay sangre derramada; esperaba justicia, y sólo hay gritos de dolor. (Isaías 5, 7)

  • Aunque hubo diez de aquellos hombres que dijeron a Ismael: "No nos mates, pues tenemos escondidas en el campo provisiones de trigo, cebada, aceite y miel". Y él los respetó y no los mató como a sus compañeros. (Jeremías 41, 8)

  • El rostro del Señor los dispersó, no volverá a mirarlos. No hubo respeto para los sacerdotes, ni se tuvo piedad de los ancianos. (Lamentaciones 4, 16)

  • Pues fue él quien trajo sobre ellos una nación de lejos, nación desvergonzada y de lengua extraña, que no respetó al anciano, ni tuvo compasión del niño (Baruc 4, 15)

  • Entonces aquellos hombres cobraron un gran respeto al Señor, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas. (Jonás 1, 16)

  • ¡Señor, he conocido tu fama; Señor, tengo un gran respeto por tu obra! ¡Hazla revivir en nuestro tiempo, en nuestro tiempo dala a conocer y en la ira acuérdate de compadecerte! (Habacuc 3, 2)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina